REPORTAJE
La resistencia de los comercios en las Siete Calles
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Las tiendas locales del Casco Viejo de Bilbao intentan sobrevivir a toda costa pese a los estragos causados por la pandemia
El pequeño comercio está siendo uno de los sectores más afectados por la crisis del coronavirus. Los carteles de liquidación por cierre se han convertido en los protagonistas del comercio del Casco Viejo de Bilbao. Los que han podido resistir a los efectos de la crisis económica causada por la pandemia temen no poder seguir adelante.
“Es muy difícil mantener el negocio abierto”, comenta Ana Olmo, propietaria de Sí quiero, una tienda de trajes de novia. En su caso, la situación le está afectando en mayor medida que al resto del medio textil, ya que están especializados en ceremonias y todo tipo de acontecimientos. “Las cuatro bodas que quedaban este año se han anulado”, explica con resignación. La mayoría, dice, ha aplazado la boda para el año que viene, aunque no sabe con certeza si podrán celebrarse. Ella cree que las medidas son necesarias, pero reivindica la necesidad de ayudas por parte del Ayuntamiento de Bilbao: “Las pocas ayudas que nos han dado se han acabado”.

Escaparate de la tienda Sí quiero en la calle Correo, 5, del Casco Viejo de Bilbao. Foto: Ane González
Con ella coincide Luz Casado, propietaria de Boutique de la Media, una tienda que lleva más de 25 años en el Casco Viejo bilbaíno. “Las ayudas que nos dan no son suficientes para subsistir”, asegura. Durante el confinamiento su negocio no pudo hacer pedidos, ya que las telas no podían llegar. Sin embargo, Casado cuenta que en esos meses de encierro vendieron muchos pijamas: “No nos podemos quejar, hay gente que lo ha pasado mucho peor”. Explica que la hostelería es el sector que “más está sufriendo” el impacto de la pandemia.
Xabier Alonso es consciente de ello. Trabaja como camarero en Víctor Montes, un restaurante ubicado en la Plaza Nueva del Casco Viejo bilbaíno. Él opina que la hostelería no es la culpable de todo: “Vas al Corte Inglés o a cualquier centro comercial y está lleno de gente, y el transporte público está siempre a reventar”.
Para él, la situación está siendo una “incongruencia y un sinvivir”. En esta línea, reclama al Gobierno medidas fiscales, retención de pagos y ayudas, para no dejar a las familias en la “miseria”. Así, Alonso pide dejar a un lado el despotismo ilustrado: “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”.
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Ante esta situación, la Asociación de Comerciantes del Casco Viejo pide “medidas urgentes para paliar la enorme pérdida económica” que supondrá el cierre temporal de los negocios, así como para “evitar el cierre definitivo”. Eider Txarroalde, presidenta de esta asociación, asegura que el cierre de muchos negocios no ayuda al Casco Viejo. “Se traslada un poco de tristeza para los visitantes”, añade. Sin embargo, explica que el cierre de comercios está afectando a todo el mundo, no solamente al Casco Viejo: “Si te paseas por las calles, en todos los sitios hay lonjas cerradas y en liquidación”. Uno de los principales objetivos de Txarroalde como presidenta era adaptar los comercios del Casco Viejo a la realidad social, así como a la igualdad de género y a la integración de nuevos establecimientos. Sin embargo, comenta que con la llegada del coronavirus tuvieron que adaptarse y fue más difícil llegar a los objetivos. “Con toda esta situación, los recursos que tenemos hay que dedicarlos a subsistir”, explica.

Bar Víctor Montes, Plaza Nueva del Casco Viejo de Bilbao. Foto: Erika Álvarez
En este sentido, la Confederación Empresarial de Comercio de Bizkaia (CECOBI) ha estimado que, en lo que va de año, la caída de ventas del comercio vizcaíno es del 60% respecto al pasado año. En concreto, en el Casco Viejo de Bilbao, según el Diario Deia, la mayoría de los comercios han tenido pérdidas de hasta el 70%. Estas pérdidas han llevado a muchos negocios a tener que reinventarse. La presidenta de la asociación de comerciantes del Casco viejo explica que hay algunos negocios que tienen un espíritu más emprendedor y de innovación y se aplican: “Se intentan adaptar de la mejor manera para que su comercio siga hacia delante.”
Uno de los comercios que ha sabido adaptarse e innovar en estos tiempos de crisis es la tienda de moda, artesanía e ilustraciones AH!. Vanesa Santos, propietaria de este negocio desde hace 15 años, reconoce que la comunidad online es la que en parte ha podido sustentar su comercio en esta situación. Además, declara que la pandemia ha dado un acelerón digital “bastante importante”. En este sentido, asegura que el comercio online amortigua los efectos de la pandemia: “Los que estamos metidos en el mundo digital lo hemos podido llevar, pero los que no están lo tienen mucho más complicado”. Santos tiene claro que hay que apoyar al comercio local. “El cierre de cualquier tienda es un problema muy serio, como barrio y como vecindario perdemos”, relata.
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Para concienciar a la gente de la importancia de consumir local, el pasado 31 de octubre la tienda AH! realizó una iniciativa que se hizo viral en las redes sociales, #quetubarrionoseconviertaenuncementerio. Ese día, en vez de celebrar Halloween, la propietaria de la tienda colgó carteles de esquelas con los nombres de los comercios del Casco Viejo que han cerrado su persiana. Su escaparate se tiñó de negro y se convirtió en un cementerio para realizar una campaña de concienciación. Santos cuenta que publicaron las fotos y las esquelas en las redes sociales, y al poco rato la iniciativa se hizo viral. “No nos esperábamos esa acogida en las redes para nada, sabíamos que nuestros seguidores y vecinos prestarían atención, pero no que llegara a tanto”, declara. A pesar de la repercusión de esta campaña, Santos piensa que hay gente que tiene “muy poca” empatía: “Cuando dicen que de la pandemia saldremos mejores personas es mentira, creo que esta situación muestra las posturas de la gente, algunas son buenas y otras malas”.


Vanesa Santos junto con los carteles y la corona de flores de su campaña de concienciación el día de Halloween contra el masivo cierre de comercios del Casco Viejo. Fotos: ahbilbao.
Como Santos, los comerciantes de las Siete Calles, que suman alrededor de 700 negocios, instan a comprar en el Comercial local a pie de calle para no lastrar aún más la “difícil situación” por la que llevan pasando estos últimos meses. Además, reclaman una atención directa y un plan específico para evitar una “crisis histórica”. De esta manera, la Asociación de comerciantes del Casco Viejo de Bilbao espera que la situación sirva para que los/as ciudadanos/as comiencen a apoyar más al comercio local y para entender lo que hay detrás de todos estos negocios. “Son los que dan vida al corazón histórico de Bilbao”, declara Txarroalde.