Desconocimiento del plan municipal antitermitas entre los comerciantes del Casco Viejo
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Estas plagas se repiten un año más en la parte antigua de la ciudad, sobre todo en las calles Ronda y Artekale
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Las plagas de termitas vuelven a golpear el Casco Viejo de Bilbao, especialmente vulnerable por sus estructuras de madera. Sin embargo, distintos comerciantes del barrio desconocen el plan que el Ayuntamiento aprobó el 6 de octubre para combatir a los xilófagos. Las calles más afectadas son Ronda y Artekale, y la empresa ‘Desinfecciones Abando’ también alerta de la situación en Askao, Iturribide, Esperanza o Calzadas de Mallona.
Este peligro ya se ha vivido en años anteriores y en otras calles del barrio. Así lo confirma Karina Vichinheski, propietaria de la tienda de joyas Kapritxo de Plata: “Yo cogí el negocio en septiembre del 2017, y en mayo del 2018 ya tuve que lidiar con la plaga, teniendo que llegar a trabajar casi tres meses sin escaparate e incluso a cerrar”, recuerda. “Tuve que hacer una reforma, porque no lo ves hasta que tienes todo muy dañado”, añade esta comerciante de la calle Sombrerería. Lamenta que aquello le supuso un daño económico “muy grave”. Desconocía que el Consistorio hubiese aprobado un plan, de la misma manera que una trabajadora de la tienda María Herrero, situada en la misma calle. Tampoco sabía nada Pilar Ramos, la propietaria de Carambola, de la calle Correo.

La calle Jardines, con balcones de madera y vulnerables a las termitas. Foto: Antoni Escandell

La entrada a la tienda Kapritxo de Plata, que tuvo que ser reformada en el 2018 debido a una plaga. Foto: Antoni Escandell
No obstante, la empresa pública Surbisa se encargará de tareas como el cambio (o la mejora) de algunas partes de estructuras en ciertas edificaciones, de los tratamientos químicos de maderas afectadas, así como de eliminar la humedad de las casas y locales, según explica el Ayuntamiento en una nota. También se instalarán cebos en suelo y en las áreas dañadas con un insecticida que elimina la colonia.
Estas medidas se aplicarán en grupos de edificios, porque si se tratasen de forma individualizada, el problema pasaría a la edificación colindante.
Vichinheski denuncia que si en el 2018 ella ya supo que había un problema importante en el Casco Viejo, no puede entender que siga existiendo: “De nada sirve hacer el tratamiento en una calle si no se hace en todas”, insiste la propietaria, que sigue a día de hoy con el tratamiento. Hasta que no lo termine no podrá deshacerse de las maderas estropeadas que tiene: “Mientras tanto es preferible no tocar nada, porque las termitas son muy sensibles a cualquier cambio y se van, y lo que hay que hacer es acabar con el foco y no pasar la patata caliente a otro”, comenta.

"Cogí el negocio en septiembre del 2017, y en mayo del 2018 ya tuve que lidiar con la plaga", lamenta Karina Vichinheski, propietaria de la tienda Kapritxo de Plata
Karina Vichinheski, en su tienda ya reformada de la calle Sombrerería. Foto: Antoni Escandell
Desde Magala Abokatuak se encargan eventualmente de trasladar la información de este asunto a los vecinos de la asociación Bihotzean, con la que se han reunido en una ocasión. Una de las abogadas, I.O., representa a varias comunidades afectadas y no se muestra del todo satisfecha con lo aprobado por el Consistorio, ya que deja su aplicación en manos de las comunidades: “Tal vez la administración tendría que actuar mediante requerimiento, ya que si alguna comunidad se negara al tratamiento, supondría un perjuicio para el resto de la manzana”, explica la letrada, que desconoce cuándo comenzarán las labores de desinfección.